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EE.UU. y el alza de aranceles al cobre: La fragilidad del modelo de desarrollo chileno

por | Jul 10, 2025 | 0 Comentarios

Declaración pública de la Federación Minera de Chile ante el aumento arancelario del 50% que impondrá el gobierno de los Estados Unidos al cobre y que afecta directamente a nuestro país. Ante esto, los trabajadores hacen un llamado a resolver problemas estructurales de la economía chilena.

Como Federación Minera de Chile creemos necesario exponer una posición respecto al problema arancelario sobre el producto minero de excelencia en nuestro país. Creemos que este tipo de aranceles genera un ambiente de confusión, a saber: ¿sube el precio, es bueno o malo? ¿Puede una medida arancelaria afectar la demanda del mineral que exportamos?

Como las respuestas han sido varias y de distintas conclusiones, creemos necesario profundizar en una idea central para el movimiento sindical minero: una vez más nuestra economía y nuestro Estado tiemblan ante un cambio en el equilibrio mercantil de nuestro mineral de exportación.

Esta coyuntura expone la fragilidad del modelo de desarrollo actual: neoliberal y de extracción primaria. Surge la necesidad de profundizar discusiones y proyectarlas en políticas estratégicas de desarrollo para nuestro país y para nuestra industria.

Al ser nosotros una organización superior sindical que agrupa a los sindicatos de trabajadores y trabajadoras de la gran minería privada del cobre, estamos insertos día a día en el centro de la operación extractiva. No sólo nuestros empleos dependen del mercado del cobre, sino que también las arcas de nuestro Estado; no podemos estar ajenos a los niveles de dependencia que hoy tenemos sobre el precio del cobre; y más aún cuando hemos venido retrocediendo en la cadena de valor al punto de exportar mayoritariamente “concentrado de cobre fino” por sobre cátodos y otros posibles derivados.

Vemos tres problemas a resolver con esta crisis: 1) los niveles de dependencia de nuestro país con la industria minera del cobre, 2) los niveles de reducción que se han permitido a lo largo de los últimos 30 años sobre la industria nacional del cobre y, para terminar, 3) la ausencia de discusión al respecto de un modelo de desarrollo económico para los nuevos tiempos.

Creemos que de esta encrucijada pueden salir oportunidades fructíferas de mejorar la resiliencia de nuestra economía ante los arbitrios de los poderes globales y sus problemas.