A 98 kilómetros de Antofagasta, en la ex Oficina Salitrera Chacabuco, se realizó una nueva jornada de la Escuela Sindical 2025, organizada por la provincial Antofagasta de la Central Unitaria de Trabajadoras y Trabajadores (CUT). El lugar —centro de detención política en 1973 y reconocido como Sitio de Memoria desde 2018— sirvió como espacio de reunión y reflexión para dirigentes mineros, portuarios y de la Junta Nacional de Jardines Infantiles, en una jornada marcada por el calor del desierto y la memoria histórica.
Roberto Sepúlveda, presidente de la CUT Antofagasta, encabezó la actividad que reunió a actores relevantes del mundo laboral de la zona. En esta oportunidad, y de manera especial, la instancia contó con la presencia de Osvaldo Andrade (PS), ex ministro del Trabajo y ex presidente de la Cámara de Diputados; además de José Manuel Díaz, vicepresidente de Finanzas de la CUT; Camila Cortés, Seremi del Trabajo de Antofagasta; Karen Pérez, directora regional del Servicio Nacional de Capacitación y Empleo; Andrea Marchant, presidenta de ChileValora; y Francisco Daniels, presidente de la Asociación Pablo Neruda Siglo XXI.
La Federación Minera de Chile ha jugado un rol clave en el impulso y sostenimiento de este espacio de formación sindical. En ese sentido, el vicepresidente Zona II de la Federación, Juan Álvarez, y su director de Finanzas, Luis Santander, también participaron de la instancia junto con Robinso Paniagua y Eloy Dubo, dirigentes del Sindicato El Abra y miembros activos de la FMC.
Tras el encuentro, Luis Santander destacó el simbolismo del lugar para el mundo sindical, relevando la importancia de generar conciencia a partir del legado del movimiento obrero en el norte del país. “Hay muchos dirigentes que no conocen estos espacios y haberlos traído aquí permite conectar con la historia de nuestras luchas”, comentó.
Sindicalismo con historia y proyección
Desde su experiencia ligada a la Pastoral Obrera, Osvaldo Andrade subrayó la necesidad de formar nuevos liderazgos con herramientas y conocimiento, resaltando además que Chacabuco representa un punto de encuentro entre la historia del movimiento obrero y la memoria de la dictadura. “Hacen falta nuevos dirigentes empoderados, con información e instrumentos que les permitan desarrollar su tarea”, afirmó.
A su juicio, el sindicalismo aún no dimensiona su verdadero potencial. Andrade recordó que algunas de las grandes transformaciones del país, como la nacionalización del cobre y la Reforma Agraria, nacieron desde la presión organizada de los trabajadores. “Soy de los que cree que el movimiento sindical todavía no se da cuenta del poder que tiene y todavía no asume la importancia que posee“, arengó.
Finalmente, el ex ministro valoró el papel de las Escuelas Sindicales como una herramienta estratégica para la formación política y sindical. A su parecer, recuperar la historia del movimiento obrero y reforzar su identidad no solo fortalece la organización interna, sino que también prepara a las y los dirigentes para disputar con mayor fuerza los cambios estructurales que el país necesita.