Tras 5 días de movilizaciones, el Sindicato Mina Caserones mantiene la huelga legal que iniciaron el pasado 12 de agosto a más de 4000 metros sobre el nivel del mar. La faena dirigida por la canadiense Lunding Mining es una de las de mayor altura en nuestro país, lo que se traduce en condiciones adversas para para las y los mineros.
Es por eso que los obreros de Caserones pretenden llegar hasta las últimas consecuencias para alcanzar sus demandas. Para resolver este conflicto, los trabajadores y trabajadoras exigen que la transnacional realice un ajuste real del sueldo base, un incremento en el bono de continuidad operacional y en los trimestrales, además de un aumento en el Bono Término de Negociación (BTN).
En definitiva, un total de 270 trabajadores son los que se encuentran paralizados, quienes representan un 29% de la fuerza productiva en Caserones. Esta es la segunda negociación que enfrenta la empresa en este año, tras haber negociado de manera exitosa con el Sindicato N°1 de la faena en abril.
Es por esto que Claudio Raffo, director de recursos humanos de Caserones, criticó de la decisión tomada por el Sindicato Mina, asegurando que “la empresa presentó una oferta atractiva, competitiva en comparación a la industria y responsable con las posibilidades de un yacimiento de bajas leyes como Caserones”, según consignó La Tercera.
Los trabajadores movilizados difieren de esto, asegurando que las exigencias físicas y psicológicas que representa el trabajar por sobre los 4000 metros de altura no se reflejan en la última propuesta de Lunding Mining.
Demandas justas en medio de la adversidad
Las demandas que exigen son justas en virtud de la complejitud de trabajar en la cordillera, indica Marcos García, presidente del Sindicato Mina Caserones. El dirigente señala que los trabajadores deben levantarse todos los días a las 5:30 de la mañana para abordar los buses de acercamiento para regresar recién a las 9 de la noche tras una ardua jornada, sumándole a esto los desafíos que presenta la geografía del lugar.
“Gran parte de nuestros trabajadores empieza a tener problemas de salud y por lo mismo esperamos que la empresa se dé cuenta. Trabajamos en la mina a -25 grados Celsius, lo que implica que a muchos colegas le empiecen a doler los huesos, resfríos y las articulaciones, que también empiezan a sufrir”, asegura.
Además del aumento en los bonos, Adolfo Montenegro, secretario del Sindicato Mina Caserones, señala que existen condiciones que no permiten que los trabajadores puedan acceder a los bonos anuales y mensuales. “Tenemos unas condiciones de ajuste los cuales impiden que estos bonos trimestrales como anual el IPSA puedan lograr su objetivo dando el cumplimiento de cobre fino al 95 %”, clarifica.
La FMC ha estado en alerta desde el inicio de las negociaciones. Su presidente, Felipe Román Briones, visitó a los trabajadores movilizados este jueves, apoyando con insumo y alimentos para mantener las manifestaciones.
“Hay que felicitar el movimiento sindical cuando se ejerce, ante una empresa mezquina, el ejercicio de la huelga. También creo que es la oportunidad, en un país con una baja tasa de sindicalización y casi nula negociación colectiva, el hacer un llamado los trabajadores a sindicalizarse y formar sindicatos para poder nivelar la cancha”, señalo Román.
Los trabajdores aseguran tener insumos para mantener esta huelga durante más de 40 días, a la espera de que Lunding Mining acoja sus demandas.