Ante el anuncio de la suspensión indefinida de la Compañía Siderúrgica Huachipato (CSH), controlada por la Compañía de Acero del Pacífico (CAP), la Federación Minera de Chile declara:
Como organización que vela por los derechos de las y los trabajadores, nos preocupa profundamente la decisión tomada por parte de la CAP, la que atenta no sólo contra los puestos de trabajo de miles de personas en la región, sino también en contra del desarrollo de la industria nacional al darle cierre a un segundo paso dentro de la cadena de valor del mineral en Chile, externalizando procesos en los que nuestro país tiene un desarrollo latente.
Pese a que el gobierno ejerció las medidas de antidumping necesarias para evitar una debacle territorial, tanto CAP como Molycop han pasado por alto estos esfuerzos y no lograron negociar un precio justo y competitivo por sobre los valores que ofrece la industria china. Ante esto, creemos que es una irresponsabilidad corporativa inmensa el decretar este cierre programado, obviando la importancia que tiene la CSH en Talcahuano.
En la misma línea que el cobre y sus fundiciones, el hierro como industria abre tendencia a cerrar sus metalurgias. La decisión del directorio de Huachipato, que cesará sus operaciones en septiembre, es una muy mala noticia para el desarrollo industrial en Chile. El cierre de la siderúrgica, además traerá muy duras consecuencias para las y los trabajadores de la Región del Bío-Bío y para el crecimiento de nuestro país.
Es importante recalcar que con el cierre de esta fundición no solo se verán afectados los 22 mil trabajadores, sino que también sus familias y comunidades. La Compañia Siderúrgica Huachipato (CSH) da sustento a una importante cantidad de personas de manera directa e indirecta, ya que los negocios y empresas locales sufrirán las repercusiones de esta baja en los ingresos de la zona, generando un problema social que la empresa no está considerando.
En este caso, vemos que la estrategia de crecimiento económico no está incluyendo a los grandes procesos industriales en la balanza y el potencial que tienen estos para generar y entregar, no solo buenas cifras bursátiles, sino que también bienestar social y desarrollo local. Creemos que el sector privado, en su vocación de marginación y renta, no está viendo el panorama completo hacia un mediano plazo para la economía del país.
Reducir nuestra cadena de valor minera a ser meros extractores de un bien es desaprovechar las capacidades que tiene nuestro país y los trabajadores chilenos. Desde 1950, la CSH ha sido una fuente de motor y desarrollo en la región, entregando una empleo estables y permitiendo el crecimiento de uno de los polos industriales más importantes del país, por lo que creemos necesario el seguir apostando por la industria chilena, esperando alcanzar un mayor y mejor desarrollo para todas y todos.
Como obreros de la minería no estamos ajenos a la realidad de los trabajadores de la fundición y queremos expresar nuestro total y completo apoyo para quienes se verán afectados por esta errónea decisión. Así como en la industria del hierro, evidenciamos una tendencia similar en cuanto al cobre, por lo que esperamos que se revierta esta situación para dar un gran paso hacia un mayor desarrollo industrial en Chile.